La diversidad y la inclusión se perfilan cada vez más como factores fundamentales para el desarrollo económico y social. Una de las voces más influyentes en el análisis de esta transformación cultural es Claudia Goldin, Premio Nobel de Economía 2023, cuyos estudios exploran la dinámica de género en el mercado laboral. Sus estudios no solo han abierto nuevas perspectivas sobre la importancia de la diversidad de género para la economía, sino que también han puesto de manifiesto los constantes retos a los que se enfrentan las mujeres para conseguir igualdad tanto en el trabajo como en la política.
A través del análisis de Goldin, emergen claramente los beneficios de la diversidad y la inclusión. Los estudios demuestran que un mayor empoderamiento femenino conlleva resultados positivos en diversos ámbitos, desde la lucha contra el cambio climático hasta la innovación empresarial. No obstante, el camino hacia la igualdad de género todavía es largo y con muchas barreras culturales y estructurales que superar.
Global Gender Gap Index 2023: las cuatro dimensiones clave
La independencia económica y financiera de las mujeres es fundamental para el desarrollo económico, pero los datos de la 7.ª edición del Global Gender Gap Index revelan una realidad diferente. De hecho, solo se espera que la brecha de género se cierre a nivel mundial en 2154, es decir, dentro de 131 años. Esta estimación puede ser incluso optimista, dado que el ritmo de cambio se ha ralentizado considerablemente en comparación con la media de la última década. El Global Gender Gap Index 2023 confirma que ningún país ha alcanzado la plena igualdad de género en todos los ámbitos de la vida social y económica.
Para calcular cuánto se tardará en alcanzar la plena igualdad, el Global Gender Gap Index tiene en cuenta cuatro dimensiones: educación, salud, capacitación política y participación económica.
El nivel más alto de paridad corresponde al índice de salud, que a nivel global alcanza el 96%. También es el único índice con menor disparidad entre países: de hecho, solo 13 países se sitúan como máximo 2,4 puntos porcentuales por debajo de la media mundial en este índice.
El nivel de educación representa el 4,8% de la diferencia entre hombres y mujeres que queda por cerrar. Si se examina más de cerca este parámetro, el número de economías con plena paridad de género en el nivel educativo ha aumentado de 21 a 25. Sin embargo, hay países en los que esta disparidad sigue siendo gigantesca, como Afganistán, el único en el que la puntuación de la paridad de género en educación está por debajo del 50%, situándose precisamente en un 48,2%.
Participación en la vida política: la primera dimensión por brecha de género
La brecha de género más pronunciada a nivel mundial se encuentra en la política, donde la paridad apenas llega al 22,5%. Este ámbito es especialmente crítico debido a las grandes discrepancias entre países, incluso entre los mejor situados. Por ejemplo, Islandia, líder en igualdad política de género, supera a Noruega, el segundo clasificado, en 13,6 puntos porcentuales.
Esto resalta la persistencia de prejuicios y estereotipos rígidos sobre el papel de género, que obstaculizan el ascenso de las mujeres en el liderazgo político, incluso en las sociedades escandinavas, donde a menudo se presume que ya existe la igualdad. Asimismo, entre 146 países, solo 10 han alcanzado una paridad política superior al 50%, una cifra que subraya aún más estos retos.
Diferencias de género en el mercado laboral: Claudia Goldin, Premio Nobel de Economía 2023
El índice de paridad económica merece especial atención, ya que es el único que muestra un retroceso a nivel mundial. Italia, por ejemplo, sufrió una fuerte caída en la igualdad de ingresos, perdiendo once posiciones, y otras tres en el acceso de las mujeres a altos cargos, situándose en el puesto 104 de 146 países. En todo el mundo, la participación laboral de las mujeres es limitada: solo el 47% de las mujeres son activas en el mercado laboral, frente al 72% de los hombres.
Esta situación destaca la importancia de los estudios de Claudia Goldin, historiadora de la economía y economista del trabajo y Premio Nobel de Economía 2023, la primera mujer académica en recibir dicho galardón por sus estudios de género en economía y la tercera mujer en ganar el Premio Nobel de Economía, así como la primera en hacerlo a título individual.
Goldin es catedrática de Economía en la Universidad de Harvard y fue la primera mujer a la que se ofreció una cátedra en ese departamento. Como se indica en las justificaciones del Premio Nobel, ella identificó los factores principales que determinan las diferencias de género en el mercado laboral. El premio no solo celebra la destacada contribución de una investigadora, sino que también subraya la importancia de analizar las diferencias de género, sus causas y la persistencia de una de las desigualdades más pronunciadas, tanto históricas como actuales. Este tema es fundamental para la economía y un aspecto crucial para comprender las grandes transformaciones socioeconómicas de nuestro tiempo.
El estudio de Goldin muestra que las diferencias de género en el mercado laboral se amplifican enormemente con la paternidad y maternidad. Las mujeres, a diferencia de los hombres, se ven más afectadas por la maternidad en cuanto a su participación en el mercado laboral, y muchas experimentan una interrupción en sus carreras. A medida que aumenta el número de hijos, aumenta drásticamente la disparidad entre las tasas de empleo de hombres y mujeres.
Goldin también desacreditó la teoría de que el aumento de las mujeres en el mercado laboral se debe únicamente al crecimiento económico, demostrando que no es la riqueza de un país lo que fomenta la igualdad de género, sino los cambios culturales y las transformaciones sociales. De hecho, para encontrar el primer país de la OCDE en la clasificación mundial de la igualdad económica entre hombres y mujeres, hay que descender hasta la posición número 11. Las primeras posiciones las ocupan las economías emergentes y los países africanos, que muestran un progreso relativamente mayor.
La participación de las mujeres en el mercado laboral es crucial no solo para la igualdad de género, sino también para la mejora general de la sociedad en términos de educación, bienestar y crecimiento. Asimismo, tal y como subrayó la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, apoyar el liderazgo de las mujeres también es esencial para reducir las tensiones geopolíticas.
Promover el liderazgo femenino es del interés de todos
Varios estudios demuestran que cada paso hacia la plena capacitación de la mujer desencadena efectos positivos. Por ejemplo, un mayor número de mujeres en los parlamentos nacionales conduce a políticas de cambio climático más sólidas; una mayor presencia femenina en la gestión de los recursos naturales mejora la gobernanza medioambiental; una mayor representación femenina en los consejos de administración está vinculada a una mayor inversión en innovación. No obstante, a pesar de las pruebas, los empresarios varones siguen superando en número a las empresarias por un factor de tres.
Diversidad e inclusión, el compromiso de Etica Funds
Facilitar el acceso de las mujeres en el sector financiero es esencial para conseguir los 17 Objetivos de Sostenibilidad de la ONU. Etica Funds se compromete a diario a promover el empoderamiento de las mujeres, en particular con actividades de supervisión y engagement, entablando un diálogo con la dirección de las empresas y participando activamente en las juntas de las empresas en las que invierten los fondos.
La diversidad y la inclusión son cuestiones especialmente importantes para Etica. Nuestra metodología de selección de emisores dispone de indicadores con los que analizamos y evaluamos las empresas en función de estos parámetros. Por ejemplo, en las empresas evaluamos la presencia de políticas de igualdad de oportunidades y diversidad, políticas de respeto y promoción de los derechos humanos, así como políticas de apoyo a la no discriminación. Además, disponemos de indicadores más específicos para analizar a los estados. Por ejemplo, también tenemos en cuenta el Índice de Igualdad de Género, un índice que mide el impacto de la diversidad de género.
Al final de la inversión, Etica Funds se compromete a medir e informar sobre el impacto medioambiental y social de la inversión de las carteras de renta variable. Cada año publicamos el Informe de impacto, herramienta con la que Etica Funds mide el impacto de su actividad de selección de valores con respecto al mercado de referencia o índice de referencia.
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