Las inversiones éticas y las finanzas sostenibles son ahora palabras de moda en el mundo de las finanzas, más aún en la «nueva normalidad» después del Covid-19 y de la emergencia climática. Sin embargo, hoy tienen que enfrentarse a una serie de estereotipos que tienden a polarizar las opiniones de los ahorradores. Falsos mitos que intentamos disipar en este artículo.
El mundo de la inversión ética y de las finanzas sostenibles está en constante evolución y crecimiento. Desde las primeras aproximaciones al inicio del siglo XX –observadas con cierta distancia por una parte de los ahorradores y del mercado financiero– ha alcanzado la mayoría de edad: hoy en día, todos los actores financieros (desde los más grandes hasta las boutiques más especializadas) ofrecen productos sostenibles.
Se trata de un ámbito del ahorro con un potencial considerable, que deja margen para un mayor desarrollo. Eso sí, siempre que se trabaje para crear una mayor concienciación y transparencia en beneficio de los ahorradores: realizar inversiones responsables representa un valor añadido para la sostenibilidad socioambiental y para la propia cartera.
Por ello, conviene despejar el campo de ciertos rumores y mitos falsos que circulan en torno a las inversiones éticas y sostenibles, fruto no tanto de la mala fe como de esa actitud de cautela con prejuicios y de sospecha que lo impregna todo fuera del universo de las inversiones tradicionales.
Veámoslos en detalle.
1. Invertir de forma ética y sostenible es como hacer obras de caridad
No es cierto. Hacer obras de caridad es sin duda una buena acción individual, un poderoso motor de mejora colectiva y un elemento importante de la responsabilidad social de las sociedades. Los fondos éticos y sostenibles no tienen nada que ver con esta práctica: su objetivo es crear oportunidades de rentabilidad para los ahorradores a medio y largo plazo recompensando a las sociedades y los Estados que aplican acciones virtuosas en materia medioambiental, social y de gobierno corporativo (ESG).
La lógica de las inversiones éticas y de las finanzas sostenibles es ganar-ganar o win-win en inglés: el emisor se ve estimulado a desarrollar estrategias y prácticas sostenibles apuntando a su propio crecimiento a largo plazo, el ahorrador se beneficia del desarrollo del emisor y la sociedad en su conjunto se beneficia de los virtuosos efectos indirectos sociales, medioambientales y económicos.
2. Las finanzas éticas y las finanzas sostenibles son oxímoron, no pueden funcionar
Se trata de un lugar común vinculado a una actitud conservadora que tiende a ser prudente con respecto a las innovaciones culturales. No tiene en cuenta la creciente atención que la gente muestra hacia la sostenibilidad en todos los aspectos de la vida cotidiana: desde la movilidad hasta las compras, desde la energía hasta los avances tecnológicos.
Al fin y al cabo, la historia de Etica Funds habla por sí sola: fuimos fundados en el 2000 con la convicción de que la selección de emisores (empresas y Estados) también desde el punto de vista medioambiental, social y de gobernanza podía ofrecer potencialmente un valor añadido en términos de rentabilidad. El crecimiento continuo registrado por nuestra sociedad en los últimos años y el reconocimiento de nuestro enfoque a nivel académico y comercial confirman que se puede invertir para el propio futuro y el del Planeta.
3. Las finanzas responsables y las inversiones éticas frenan la recuperación económica
Vemos aquí una fake news sobre las finanzas éticas y la inversión responsable que puede encontrarse en una situación suspendida entre la recuperación económica, las crisis de la energía y las materias primas, los escenarios de crisis y los costes de la transición ecológica.
Mirar al futuro próximo, por mero rendimiento, es muy arriesgado y no está entre los objetivos de las inversiones éticas y sostenibles. El enfoque es a largo plazo, y busca el valor de las sociedades que no sólo saben gestionar los riesgos derivados de la profunda transformación del tejido económico vinculada a la sostenibilidad, sino que también consiguen transformarla en oportunidades de crecimiento. Por eso es necesario centrarse en proyectos para una transición verde, ecológica e inclusiva, con un enfoque en la economía circular y la gestión de residuos a la alza. Sin duda, en las próximas décadas, los modelos económicos no se basarán en fuentes de energía obsoletas o en vías de desaparición.
4. Las inversiones sostenibles sólo tienen en cuenta el medioambiente y el cambio climático
Las inversiones sostenibles tienen ciertamente en cuenta las preocupaciones medioambientales, pero no solo. El 10 de marzo de 2021 entró en vigor el Reglamento (UE) 2019/2088 – Reglamento de Divulgación sobre Finanzas Sostenibles (SFDR) que impone nuevas obligaciones de transparencia en materia de sostenibilidad en el sector de los servicios financieros.
Según el reglamento, una inversión en una actividad económica con objetivos medioambientales y sociales medidos por indicadores clave como:
- Medioambientales: la eficiencia de los recursos en el uso de la energía, el uso de energías renovables, el uso de materias primas y recursos hídricos y el uso de la tierra, la generación de residuos, las emisiones de gases de efecto invernadero, el impacto en la biodiversidad y la economía circular.
- Social: la reducción de las desigualdades sociales, la integración social y las relaciones laborales, el desarrollo del capital humano o las iniciativas en comunidades desfavorecidas económica o socialmente.
Condiciones imprescindibles: las inversiones sostenibles no deben perjudicar significativamente a ninguno de estos objetivos, y las sociedades en las que se invierta deben cumplir las prácticas de buena gobernanza, especialmente en lo que respecta a estructuras de gestión sólidas, relaciones laborales, remuneración del personal y cumplimiento de las obligaciones fiscales.
La transición justa
Para ello es fundamental el concepto de “transición justa“, desarrollado junto con el movimiento sindical para incluir intervenciones que garanticen los derechos sociales y las condiciones de vida de los trabajadores a medida que las economías avanzan hacia una transición sostenible desde el punto de vista medioambiental. Etica Funds, desde su fundación en el 2000, ha optado por un enfoque tridimensional: medioambiental, social y de gobierno corporativo (ESG), convencida de la importancia de combinar la promoción de la transición hacia modelos empresariales más orientados al medioambiente, manteniendo al mismo tiempo un fuerte enfoque en el impacto que estas opciones pueden tener también en los trabajadores y otras partes interesadas.
Siguiendo en el ámbito normativo, aunque en Europa el Reglamento de la UE 2019/852 nació como la «Taxonomía Verde» y actualmente sólo cubre los objetivos medioambientales, también se está desarrollando una taxonomía social, es decir, una guía para que los inversores midan la sostenibilidad de las actividades económicas también en el ámbito social. En los últimos años, instituciones y gobiernos de todo el mundo han empezado a darse cuenta de la urgencia de adoptar medidas que garanticen una transición justa hacia un modelo económico que sea sostenible tanto desde el punto de vista medioambiental como social.
5. Las finanzas sostenibles y las finanzas éticas son sinónimos
Esto no es del todo cierto. Las finanzas sostenibles se aclaran en el punto 4, mientras que las finanzas éticas van más allá: sitúan al hombre y al Planeta en el que vive en el centro de la actividad económica y financiera. Más aún, pretende reformular los fines y los medios de las finanzas para crear valor económico sin perjudicar el bien común. Resumiendo, las finanzas éticas son ciertamente sostenibles y responsables, pero lo contrario no es necesariamente cierto.
Por ejemplo, puede haber una sociedad que opere respetando plenamente a los trabajadores y el medioambiente (por lo que es sostenible y responsable), pero dentro de un sector muy controvertido, como el armamento o la energía nuclear. En este caso, es precisamente el tipo de sociedad el que plantea cuestiones éticas.
El enfoque de las finanzas sostenibles fomentado por la UE tiende a centrarse en el producto financiero específico, no en el conjunto de actividades propuestas por un gestor de activos o un grupo bancario. En esencia, según la legislación actual, un fondo de inversión puede ser «sostenible» aunque la misma sociedad de gestión de activos ofrezca también dentro de su gama un fondo tradicional que invierta, por ejemplo, en petróleo y carbón.
En Italia, el Grupo Banca Etica ha intervenido varias veces en el debate público tratando de estimular al Regulador para que perfeccione el enfoque de las finanzas sostenibles con el fin de evitar la propagación de un posible greenwashing.
En particular, se ha llamado la atención sobre algunos puntos clave para las finanzas éticas, como el enfoque en la economía real y la cuestión de maximizar los beneficios para la comunidad.
6. Las finanzas éticas simplemente excluyen los valores
Esta afirmación también es cierta únicamente en parte. El ejemplo de los fondos de inversión de Etica Funds es suficiente. Sus valores se seleccionan en función de criterios inspirados en la inversión responsable y las finanzas éticas. Nuestra selección excluye ciertos ámbitos de riesgo socioambiental, como las armas, el tabaco, los juegos de azar, la energía nuclear, los pesticidas y la ingeniería genética. Asimismo, excluye a las sociedades implicadas en episodios negativos en los ámbitos de la corrupción, el respeto del medioambiente, y el respeto de los derechos de los trabajadores.
Pero la inversión ética y sostenible no puede detenerse únicamente en las exclusiones. Las elecciones de Etica Funds, por ejemplo, también se hacen por el lado positivo: las sociedades y los Estados son analizados en detalle, en función de parámetros medioambientales, sociales y de gobierno corporativo, y reciben una puntuación resumida. Sólo los emisores con puntuaciones superiores a un umbral absoluto y que resulten entre los mejores de su sector (el llamado enfoque best in class), con un buen perfil cualitativo y de reputación, pasan a formar parte de la cesta de fondos de Etica Funds.
Además, Etica Funds adopta una postura personal dialogando con la dirección de las sociedades para orientar las políticas empresariales hacia las mejores prácticas, y participando en las juntas de accionistas de las sociedades en las que invierten los fondos.
7. Las inversiones éticas y responsables tienen bajos rendimientos
Otro falso mito es el relacionado con el rendimiento. Numerosos estudios académicos internacionales han demostrado que los rendimientos de los productos ISR suelen estar en línea con los de los productos tradicionales.
La inversión ética está definitivamente enfocada al largo plazo y creemos que invertir hoy en sociedades más conscientes del medioambiente, la sociedad y el gobierno corporativo puede dar sus frutos con el tiempo, con un mejor control del riesgo.
No es cierto que invertir teniendo en cuenta parámetros medioambientales, sociales y de gobierno corporativo deba significar menores rendimientos. Más bien al contrario… Morgan Stanley analizó en el informe Sustainable Reality report más de 10 000 fondos de inversión y demostró que aquellos sostenibles tienen rendimientos en línea, si no superiores, a los convencionales. Así mismo, también garantizan una volatilidad más modesta, especialmente en tiempos de crisis.
En un análisis de 6528 fondos ESG en Europa, Esma observó que los fondos ESG encuestados superan de hecho a los fondos convencionales. Esma también trató de entender qué dimensión entre E (medioambiente), S (social) y G (gobierno corporativo) tenía el mayor impacto en el rendimiento. El análisis mostró que los fondos centrados en S y G superaron a los fondos tradicionales, mientras que la dimensión E no tuvo un impacto significativo en el rendimiento de los fondos. En igualdad de condiciones, los fondos ESG con un fuerte componente social superan a los fondos tradicionales en un 0,25 %. Y esto consigue, entre otras cosas, impactos positivos sobre las personas y el planeta.
Diversas investigaciones muestran cómo la evaluación de las inversiones, integrando los factores ESG en los análisis, permite dar estabilidad a las carteras y también mejorar el rendimiento ajustado al riesgo a lo largo del tiempo.
8. Las inversiones ESG son más arriesgadas
Esto es realmente un bulo: suele ocurrir lo contrario. Tener en cuenta los elementos de evaluación del riesgo medioambiental, social y de gobierno corporativo (ESG) puede mitigar y reducir la volatilidad inesperada de una cartera a medio y largo plazo.
Las pruebas empíricas han demostrado que, dentro del proceso de selección de emisores, algunos factores típicos de análisis –como el valor de mercado de una sociedad, las características de gobierno corporativo y el riesgo país (en términos de control de la corrupción y calidad de la reglamentación)– tienen una gran influencia en el riesgo de una inversión. Una evaluación del riesgo ESG puede mitigar y reducir la volatilidad inesperada de una cartera a medio y largo plazo. Un documento titulado Forecasting volatility by integrating financial risk with environmental, social, and governance risk (Previsión de la volatilidad mediante la integración del riesgo financiero con el riesgo medioambiental, social y de gobierno corporativo) realizado por Paolo Capelli (Jefe de Gestión de Riesgos de Etica Funds), Federica Ielasi (Departamento de Economía y Gestión de la Universidad de Florencia) y Angeloantonio Russo (Departamento de Gestión, Finanzas y Tecnología de la Universidad LUM de Casamassima) ofrece una interesante contribución a la teoría y la práctica en el ámbito financiero y, en particular, en la gestión de activos.
Aquellos que decidan invertir integrando los aspectos ESG en su análisis financiero podrán contar así con una ventaja competitiva en la gestión del riesgo a largo plazo.
Etica Funds ha desarrollado una métrica propia, denominada Riesgo ESG, cuyo objetivo es evaluar sintéticamente la sostenibilidad de los emisores calculando el riesgo derivado de los factores ESG. En pocas palabras, añade a la «lente» del análisis financiero también la «lente» del análisis del riesgo medioambiental, social y de gobierno corporativo. Y con dos lentes, se puede ver más allá.
9. Las finanzas éticas y sostenibles sólo tienen que ver con la renta variable
No es cierto que las finanzas sostenibles tengan un potencial limitado. De hecho, con sus herramientas de evaluación, puede operar tanto en el sector de la renta variable como en el de la renta fija, midiendo en este último caso la sostenibilidad de los emisores corporativos y gubernamentales.
Los criterios ESG también permiten realizar una evaluación exhaustiva y coherente en el caso de los bonos. Etica Funds, por ejemplo, también ofrece fondos que invierten en bonos del Estado y en emisores corporativos seleccionados mediante nuestra rigurosa metodología que tiene en cuenta más de 100 criterios para analizar las sociedades y más de 60 para los emisores gubernamentales.
Los bonos ESG tienen un papel cada vez más destacado en las inversiones éticas y sostenibles. Las emisiones de bonos verdes, bonos cuya emisión está vinculada a proyectos que tienen un impacto positivo en el medioambiente (eficiencia energética, tratamiento de aguas y residuos, iniciativas de prevención y control de la contaminación, infraestructuras de movilidad sostenible, por nombrar algunos), han crecido de forma espectacular.
También se está desarrollando con fuerza el mercado de los bonos sociales; bonos cuyos ingresos financian proyectos nuevos o ya existentes con resultados sociales positivos, como la mejora de la seguridad alimentaria y el acceso a la educación, la sanidad y otras financiaciones. Y luego están los bonos de sostenibilidad, los préstamos vinculados a la sostenibilidad, etc.
10. Los fondos éticos y sostenibles son más caros
En absoluto. El estudio The drivers of the costs and performance of ESG funds (Los impulsores de los costes y el rendimiento de los fondos ESG) realizado por la Esma (Autoridad Europea de Valores y Mercados) sobre 6.528 fondos ESG en Europa demostró que los fondos éticos y sostenibles tienen de media un 0,08 % menos costes que los fondos tradicionales no sostenibles. El análisis también reveló un hecho curioso: los fondos que nacen con un enfoque ESG (identificados como ESG en el primer trimestre de su creación) son menos caros que los que nacen tradicionales y luego se convierten en fondos ESG. Es decir, los que se convierten en sostenibles prefieren mantener los costes «tradicionales». Según ESMA, quienes han decidido “ser éticos” desde el principio son más transparentes y no presentan costes adicionales en comparación con otras formas de inversión de ahorro. Con la diferencia de que genera un valor socioambiental mucho mayor.
Los fondos de inversión de Etica Funds no prevén comisiones de entrada, salida, canje ni rentabilidad.
Comunicación comercial – Lea las advertencias
ADVERTENCIA
Comunicación de marketing de Etica SGR S.p.A., sociedad de gestión de activos que ofrece exclusivamente fondos de inversión sostenibles. Es necesario que el inversor concluya una operación de inversión únicamente después de haber comprendido sus características generales y el grado de exposición a los riesgos asociados, a través de una lectura atenta del KID y del folleto informativo de los distintos fondos, los cuales –junto con la información sobre los aspectos relacionados con la sostenibilidad, conforme al Reglamento (UE) 2019/2088– están disponibles en el sitio web www.eticasgr.com. Los destinatarios de este documento asumen la responsabilidad total y absoluta del uso de la información contenida en esta comunicación, así como de cualquier decisión de inversión que se tome teniendo en cuenta dicho documento, ya que cualquier uso que se haga de la información aquí contenida para respaldar cualquier decisión de inversión no está permitido y correrá a cuenta y riesgo del inversor.